Hace unas semanas, en la SER, el señor Echávarri lanzaba al aire que comprar el asilo le costaría al Ayuntamiento 15 millones de euros, y otros 15 millones acondicionarlo para poder utilizarlo. La señora Montesinos, en el pleno del 29-03-2018 elevaba la cantidad a 18 millones. En pocos días 3 millones, un 20% más. ¿Sorprendente, no?

Ese incremento, ¿a quién hay que atribuirlo?, ¿ha subido el precio el propietario, es decir, el Obispado? Resulta asombroso que desde la Alcaldía se den por buenas esas cantidades. Máxime teniendo en cuenta que, según informaciones publicadas y no desmentidas, el Obispado pagó a los herederos del marqués de Benalúa 120 millones de pesetas, es decir, unos 720.000 euros.

Hay bastantes cosas que no cuadran; por ejemplo, que la empresa que pretende transformar el asilo en un hospital privado cuantifica el coste de la reforma en 3,2 millones de euros. ¿De dónde salen los 15 millones del señor Echávarri?

Es difícil evitar la sensación de que hay maniobras poco claras. Algo huele mal cuando uno y otra lanzan desde la Alcaldía, como argumentos disuasorios, precios desorbitados sin ninguna justificación fehaciente.

El Ayuntamiento tiene la obligación de hacer todo lo posible para recuperar el asilo. Hasta ahora ha hecho muy poco, silbar y lanzar balones fuera.

Fuente: Periodico Informacion