Este Reformatorio, cuya construcción fue modelo de rapidez, pues sólo un año medió entre la Real orden Que lo creara y la fecha de su inauguración, es también modelo en otras muchas cosas. Modelo arquitectónico, modelo de organización. de disciplina, de orden, de limpieza, de laboriosidad...

Mis visitas a Ocaña y al Reformatorio de Alcalá de Henares me obligaron oportunamente a consignar los elogios que ambos establecimientos merecían en justicia, y aún creo que no tuvo mi pluma la justeza precisa para reflejar en las cuartillas la obra humanitaria que con lentitud y calladamente, pero de modo enérgico, eficaz y constante, en ambos Reformatorios se viene realizando.

Este de Alicante los supera a todos, sin embargo.

Quizá a ello contribuya su modernidad; tal vez se deba a su construcción de nueva planta, ya que los otros dos, reformados considerablemente, no hacen, sin embargo otra cosa que disimular su vejez con los afeites y retoques a que se ha recurrido para lograrles un remozamiento que, como en lo humano sucede, a nadie engaña.

Porque en las personas, como en las cosas, deja el tiempo una huella que en vano nos esforzamos por borrar.

¿Contribuye también a dar belleza a este reformatorio nuevo la del lugar donde se levanta?

Es posible, porque al visitarlo no hay que atravesar ningún erial ni paisaje que entristezca o inunde el espíritu de melancolía.

¿Oh! ¿Aquel camino que de Aranjuez conduce a Ocaña ...!

¡Aquella carretera abierta entre cerros pelados serpenteando por campos de desolación y tristeza!

El Reformatorio de Alicante, obra bella y perfecta de arquitectura penitenciaria, extiende sus galerías hacia el mar, del que se halla muy cerca, para recibir, dijérase que con los brazos abiertos, las brisas mediterráneas y las caricias del sol.

La luz, en efecto, entra a raudales por las grandes lucernas de sus muros, y un aire fuertemente cargado de olores marinos se respira en los patios, en las galerías. en las celdas... La rotonda central puede contener cerca de 2000 hombres, que necesariamente tienen que haber sido sentenciados a penas correccionales y no reincidentes. Sobre las galerías, que son cuatro, se asientan los dormitorios, limpios, ventilados y alegres, aunque esto parezca un poco paradójico, pues recuerdan, más que las cuadras de los antiguos presidios, húmedas, tenebrosas y...

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Fuente: Periodico ABC