Acaban de cumplirse setenta y un años, desde mi nacimiento en el antiguo número 15 de la calle Alberola, en su piso primero. Me ha invadido tal grado de añoranza que, aunque no soy de letras, me ha impelido a expresar mis sentimientos en un macarrónico poema de verso suelto.

Circunstancias de la vida motivaron una voluntaria emigración a otros puntos de la geografía española y aunque, teniendo la familia en Benalúa, he mantenido mis visitas periódicas a “casa de los papis”, llevo demasiados años sin residir en Alicante.

Siempre he llevado a Alicante en el corazón y desde mi jubilación no paso más de 15 días sin asistir a algún acto cultural o festivo de mi “patria chica”; pero a riesgo de parecer mini-nacionalista, creo que Alicante ha perdido mucha importancia desde la existencia de las autonomías, con el cambio de Madrid por Valencia como ‘Capital del Reino’ (Es otro centralismo), y de forma particular Benalúa
respecto del resto de Alicante. La dotación de infraestructuras socioculturales no era muy boyante en tiempos pasados pero siempre se nos había considerado como uno de los barrios punteros en este sentido; sin embargo, mientras Benalúa se estancaba, otros distritos/barrios han ido mejorando de forma más ostentosa. En fin, no es el momento. ¡No hablemos de política!

Gracias a las Celebraciones y Encuentros de BENALUENSES, he podido recordar tiempos pasados y disfrutar nuevamente de la compañía de muchos compañeros de colegio, cursillos, excursiones, juegos callejeros y fiestas de hogueras y adorno de calles, que nos remontan a tiempos en que, con muchos menos recursos que hoy, nos sentíamos los dueños del mundo. ¡Como se disfruta recordando todo esto
junto a quien lo evoca con la misma ilusión que tú!

No todos los antiguos compañeros de experiencias los he vuelto a ver. Espero que en próximas ocasiones seamos más y acudan aquellos a los que, en anteriores oportunidades, no he podido saludar.

SER BENALUENSE

Ser benaluense no es solo haber vivido en este barrio
ser benaluense no es solo haber nacido aquí
ser benaluense es sentir la historia
de mucha gente "que la ha sabido vivir"

Puede que aquí no residas
que en nuestro barrio no vivas,
pero que en él hayas vivido
o en él hayas nacido.

Recordar la vía y el barranco,
que del centro nos separaba
recordar el uno y el ocho
que al centro nos llevaba.

Añorar el templete,
del centro de la placeta
y las carreras de cintas,
con nuestras bicicletas.

La Peña, la hoguera y El Casino
La Parroquia y Bernardino
El Roxi y El Granados
y el cine de los veranos

Deportistas, foguerers, cineadictos
monaguillos y los demás chiquillos.
cada uno podía disfrutar
con lo que quisiera gustar

El barrio tenía de todo
aunque no tenía de ná
era el mejor de Alicante
y eso ya era bastante.

Nuestras monumentales hogueras
los mejores premios ganaba
y en el adorno de calles
no había quien nos superara.

En el caso de las calles
todo se hacia en nuestras casas
desde hojas y guirnaldas
hasta bordados y encajes.

En fin:
Quien fácilmente pueda olvidar
esta extensa evocación
quizá no merezca la opción
de benaluense llamar.

Fuente: Pedro Mayoral