El nuevo centro ya está hecho pero le faltan los accesos y el traslado de la gasolinera.

"Ya veremos cómo llegamos hasta el nuevo colegio. La gasolinera debería haberse trasladado hace mucho porque ya tienen licencia para ocupar una nueva parcela, pero siguen ahí". Trinidad Sirvent, madre de una alumna de 7 años del centro Benalúa y miembro de la AMPA (Asociación de madres y padres de alumnos), está deseando que su hija vea algo más que barracones durante su etapa escolar, pero el ya endémico retraso que sufre el nuevo centro no le permite ser muy optimista.

Tras once años en aulas prefabricadas, desde que en mayo de 2000 los entonces más de 300 alumnos se vieran obligados a desalojar su centro por "ruina técnica" -en el corazón del barrio Benalúa- y prácticamente de la noche a la mañana, los actuales estudiantes tienen más cerca que nunca el estreno del nuevo colegio, aunque siguen bajo la espada de Damocles por las dificultades administrativas del traslado de la gasolinera y los continuos retrasos para el término de la urbanización, comprometido tanto por la alcaldesa como por la secretaria autonómica de Educación para el próximo año, en enero de 2011.

"Necesitamos un acceso por el barrio porque no podemos meternos todas las mañanas con los niños en los coches por la avenida de Elche, con el tráfico tan abundante que hay, y dar toda esa vuelta". Trinidad habla por el resto de padres, quienes esperan que se cumplan los plazos y que los niños puedan abandonar los barracones. El tema preside sus conversaciones cuando van a dejarlos o a recogerlos al centro. Aún así están inquietos, porque la gasolinera de la avenida de Elche, próxima al nuevo edificio del colegio, de momento no se ha trasladado, como está previsto.

"Ya es hora"
Varios padres coinciden en que "ya es hora" de que los alumnos del Benalúa tengan un centro en condiciones porque están contentos de la enseñanza que se les ofrece. "Los profesores son buenos y a los niños no les afecta que las instalaciones se vean feas en cuanto a su aprendizaje. Pero a los padres sí nos asusta y llevan mucho tiempo", añade esta madre que se queja de que los accesos al nuevo colegio por la avenida Doctor Just no están urbanizados todavía. "Dicen que lo harán para el traslado, es lo que esperamos".

Itziar, otra mamá, añade que "si éste no es el último curso en barracones, me corto las venas". Su hijo de cinco años lleva casi tres en el centro. "Todos los padres estamos muy interesados en este problema y, por mi parte, si este curso no nos entregan el nuevo colegio, cambio al niño. Estoy muy contenta con los profesores pero las instalaciones son penosas y no estamos dispuestos a que pasen así toda la escolaridad".

El equipo directivo visitó las nuevas instalaciones en los últimos compases del pasado mes de julio junto a los técnicos de Ciegsa, la empresa constructora de colegios de la Generalitat. Advierten el mismo peligro de tráfico que los padres e insisten en que el acceso debe habilitarse por Doctor Just: "Es imprescindible por la seguridad", aprecian.
Entrar por la avenida de Elche sería más rápido, pero "aislaría al colegio del barrio y el camino sería demasiado largo para todos los escolares que viven allí". El centro está empezando a verse mimado por las administraciones que durante tanto tiempo parecen haberlo dejado en el olvido provocando un progresivo descenso de matrículas que empiezan a recuperarse este cuso hasta completar aulas como la de valenciano y rondar los 300 niños.

"Se nos ha dicho que incluso se dispondrá de un gasto extraordinario con motivo del traslado", aseguran. No obstante el profesorado constata que "no habrá mucho que trasladar". Con apenas dos cajas ventilan la biblioteca-aula "y poco más nos llevaremos de aquí", aventuran.

Fuente: Información.es » Alicante