Cuando parecía que la fiebre por las antenas de telefonía móvil y sus consecuencias para la salud se habían mitigado en Alicante, surge en el barrio de Benalúa un movimiento en su contra.

Un grupo de vecinos ha tomado la iniciativa con actos de protesta contra la proliferación de los receptores que, afirman, copan el barrio. Y no tanto porque estén en muchas azoteas, sino porque, aseguran, las mismas terrazas están siendo realquiladas a otros operadores que colocan nuevas antenas, lo que, para los denunciantes, resulta «un aumento de las radiaciones» y, por lo tanto, temen por su salud. Advierten de que se encuentran en zonas «muy sensibles del barrio». Una está frente a la plaza Navarro Rodrigo, donde a diario juegan decenas de niños, y consideran que la mayoría de los colegios de la zona están afectados en mayor o menor medida.

Han iniciado tímidamente su protesta con una recogida de firmas por el barrio, y también están recabando toda la información que pueden sobre cada uno de los receptores. De hecho, ayer mismo anunciaban que habían acudido a Urbanismo para pedir la documentación de varias de ellas y conocer las que no cuentan con la preceptiva licencia. «Nuestro movimiento surge porque las antenas van en aumento y no vemos que el Ayuntamiento ponga freno, creemos que son necesarias unas licencias medioambientales que aquí no se piden», critican.

Expresan su oposición a la antena ubicada en el número 18 de la plaza Navarro Rodrigo por considerar que «afecta» directamente a una zona «sensible»; también a la ubicada en el número 36 de la avenida de Aguilera, «por las posibles afecciones a la salud provocadas por la radiación electromagnética a los vecinos próximos, a los usuarios y trabajadores y a todos los ciudadanos, especialmente los niños que habitualmente usan los jardines de la plaza, viven y trabajan en este radio de acción», apuntan en el escrito de quejas que prevén presentar en el Ayuntamiento.

También apuntan como perniciosa la que se encuentra en la calle Alona número 11. Creen que las tres mencionadas afectan tanto al barrio de Benalúa como al barrio de Alipark y solicitan que todas se lleven fuera del casco urbano.

Advierten de que se oponen también a la instalación en el número 45 de la avenida de Aguilera de otro receptor y denuncian que ya está instalado, a pesar de carecer de la licencia municipal.

Ana Garrido es un ama de casa concienciada con la situación y que ha comenzado a interesarse por la proliferación de antenas. Está alarmada ante la situación y señala que desde hace tiempo un grupo de vecinos interesados por el tema está en contacto con la Asociación Vallisoletana de Afectados por la Telefonía (Avaate.org).

«Necesitamos ayuda, porque hay una gran cantidad de antenas y la mayoría son legales, pero otras, no. Necesitan cada vez más cobertura y por eso hay más antenas y nosotros creemos que son peligrosas para la salud». Por su parte, Francisco Garijo reconoce que «acabamos de empezar con este movimiento y estamos asombrados de que en Alicante las operadoras tengan manga ancha. Queremos dar un toque de atención para que la gente sepa lo que tiene encima de su cabeza», declara. Una de las ideas que apuntan es la necesidad de que se haga un estudio para conocer si han aumentado los casos de cáncer en las zonas que están en el radio de acción de las antenas.

Fuente: Periodico La Verdad