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El museo escondido de Remigio Soler
Seccion Informacion General - Benalua en la Prensa
El tallista y artista de hogueras alberga en su taller de Benalúa multitud de obras de arte
- 10/04/2012
INFORMACION
El paso de Stabat Mater, que portan los Maristas en Martes Santo, es obra del alicantino y pesa unos 1.500 kilos.
Siempre intento dar un toque de modernidad a mis piezas, siendo sincero conmigo mismo.
El Museo Arqueológico de Alicante, el Museo de Arte Contemporáneo, el Museo de Bellas Artes Gravina o el Museo de la Ciudad son algunos de los museos más importantes de la capital provincial. O, al menos, los oficiales. Porque si por museo se entiende un conjunto de obras artísticas de interés general, las entrañas del barrio de Benalúa guardan escondido uno: el taller del tallista y artista de hogueras Remigio Soler.
Tranquilo y agradable en el trato, al principio guarda un cierto aire de timidez. Pero cuando abre las puertas de su taller, sus palabras empiezan a salir de su boca con apenas unas pocas pausas para recuperar el aliento. "Aquí es donde vengo y me refugio del mundo. Siempre tengo un boceto, un dibujo, una obra que tallar o un libro que leer", explica mientras enfila el primer pasillo, con paso seguro entre las primeras obras, con lo que da a entender que tiene bien medidas las distancias por donde caminar.
Solo con la biografía de este querido personaje alicantino podríamos llenar estas páginas. Sin embargo, no le gusta de hablar del pasado. Su hijo regenta una pequeña escuela de enseñanza de Bellas Artes para niños, que imparte de forma gratuita, en la tienda situada bajo el taller del veterano artista. «Los jóvenes siempre se abren paso. Hay de apoyarles y empujarles a que sigan inventando y a que creen sus propias obras, que no se comparen ni copien de nadie», indica casi a modo de consejo, al aparecer por el taller una de las niñas.
Pese a su prestigio como tallista de imaginería y creador de hogueras, la escultura artística guarda un espacio menos conocido, el dedicado a la Medicina. Esculturas de aproximadamente medio metro de altura, talladas en madera, desgranan los entresijos del cuerpo humano, mostrando, por órganos, el sistema respiratorio o el corazón, entre otros. Es un tema que ha tenido menos repercusión en la dilatada carrera de Soler, pero que "siempre" le ha llamado la atención, matiza.
Frente a estas primeras esculturas, comienzan a apreciarse las primeras tablas religiosas. La mayor parte de ellas, maquetas que realizó para obras de mayor tamaño que pueblan las iglesias de toda la provincia y, algunas, de España, de Brasil y del museo Vaticano. Comienza a guiar el artista en su obra: "Mira joven, esta talla mide dos metros y medio y está en Carmona, un pueblo de Sevilla. Esta se fue a Orihuela. Esta otra, no recuerdo bien si en Monóvar o en Novelda. Y aquí tienes varias de la Santa Faz y del Misteri d.Elx". Llega a cada obra y hace lo que no pueden hacer los guías de museo, acariciar cada una con cariño, moverla y colocarla en el ángulo idóneo para que el visitante la observe con detenimiento. Pero éste se corta con la explicación de la siguiente.
Los motivos religiosos son los más abundantes entre su colección. Pero en todos ellos, Soler destaca el detalle de la modernidad. Los acabados "tienen colores vivos y formas modernas" y, además, evita "las llagas y las espinas", porque "los jóvenes ya no ven estas cosas de la misma manera que se veía hace unos años". Sonríe al llegar, en su recorrido, a una talla de cerca de dos metros de altura. En el centro, una imagen de Jesucristo. Alrededor, personajes actuales como "un terrorista, un estafador, una prostituta y un soldado. La realicé con poco más de veinte años para ponerla en mi casa. Pero a mi mujer no le gustó", explica acabando la frase entre risas.
Junto a los numerosos retablos y esculturas de motivo religioso, y las esculturas de tema médico, un tercer tema cobra protagonismo, el de la tauromaquia. Los toros y los caballos, los más reflejados en sus esculturas, de corte realista y cuidadas formas.
Su trabajo de tantos años, le han valido para que una pintura suya esté en el museo del Vaticano, una escultura religiosa, en una iglesia de Brasil y su imagen Stabat Mater, sale en procesión portada por los Maristas cada Martes Santo en Alicante. No se cobra entrada y no está abierto al público. Pero el taller de Remigio Soler es un auténtico museo, cargado de esculturas, pinturas y, sobre todo, recuerdos.
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