Los hechos: jueves 20 de octubre, 20.30 horas. La alcaldesa y los concejales Llorens y Barcala departen amigablemente con unas quince personas. Lugar: el salón parroquial de la iglesia de Benalúa.

La puerta está abierta, así que entro y tomo asiento. Tengo entendido que es una reunión abierta para tratar los problemas del barrio. Justo en ese momento están comentando que las obras del centro de salud van a buen ritmo y que el ficus, al que ha habido que cortar algunas ramas, no corre ningún peligro.

Apenas han pasado unos minutos desde que he entrado cuando uno de los presentes, al parecer con autoridad suficiente, me pregunta si soy miembro de alguna cofradía y, al responderle que no, me invita a que me marche. Me asegura que, aunque de pasada se habla también de otras cosas, el objetivo de la reunión es tratar asuntos de la cofradía. Así las cosas, salgo e inmediatamente cierran la puerta y bajan las persianas de las ventanas que dan a la calle Alberola. La sala queda clausurada.

Las preguntas: ¿la señora Castedo y los señores Llorens y Barcala están allí como autoridades municipales?, entonces, ¿por qué restringen la entrada? ¿Están como militantes del PP? ¿Se transmutan según lo requiere el momento? ¿A qué viene tanto secretismo? ¿Hay respuestas?

Fuente: Periodico Informacion