Todas las ciudades poseen barrios que podíamos calificar de castizos. Es decir aquellos que tienen una identidad propia y que constituyen una especie de ciudad dentro de la misma ciudad. En alicante tenemos el ejemplo del Barrio de Benalúa, que fue planificado al milímetro por sus promotores en el siglo XIX para convertirse en una pequeña ciudad con todos sus servicios.

El blog barriodebenalua.es con Ernesto Martin y Ruben Bodewig a la cabeza, lleva desde 2007 investigando y divulgando la historia del barrio. Y como todo buen blog que se precie ya ha sido victima del plagio descarado de aquellos que piensan que lo que se publica en internet no tiene dueño por muy firmado que vaya. A esta fuente inagotable de datos de Benalúa y a sus autores va dedicado éste artículo.

Los nombres del Marqués de Benalúa José Carlos de Aguilera, de3l Catedrático José Soler, José Carratalá, Amando Alberola. Perez Medina, García Andreu, Juan Foglietti, del Doctor en Farmacia Arcadio Just, Pardo Gimeno o del Arquitecto Guardiola nos suenan a todos, al menos por ser nombres de calles del barrio. Todos ellos formaron la Sociedad Los Diez Amigos, creada para cumplir el sueño de ver levantado en Alicante un barrio modélico para la clase media, con todos sus servicios, higiénico, cómodo y bien comunicado. Y como fundadores del barrio que eran, decidieron por sorteo dar sus propios nombres a las calles y colocar una placa conmemorativa para la posteridad. a ellos tendría que unirse Clemente Miralles de Imperial miembro fundador del barrio, que por motivos desconocidos dejó la sociedad. Y por irse tan rápido don clemente se quedó sin calle. Los doscientos accionistas también recibieron una calle. Ya se imaginan cual.

El barrio se planificó como un balcón sobre el mar, saltándose las recomendaciones del Ayuntamiento que pedía que fuera en pendiente hacia el mar para evitar el pronunciado escalón que hoy observamos mirando desde Catedrático Soler. Se le dotó de iglesia, obra de Guardiola destruida en 1936, tuvo teatro, el Polo, con más capacidad que el Teatro Principal y que fracasó en su intento de superarlo, velódromo, plaza pública dedicada al ministro alicantino Carlos Navarro Rodrigo, mercado, el de García Calamarte trasladado desde la plaza Nueva, asilo de ancianos. Reformatoria de Adultos, industrial. Cuartel y calles arboladas, con alcantarillado e iluminadas a gas que se comunicaban con el centro por la primera línea de tranvía que tuvo Alicante. Incluso se pensó en levantar una plaza de toros. El edificio para las escuelas, como tantas otras, se quedó en proyecto. Todos estos equipamientos fueron creados por la propia sociedad o por iniciativa pública y/o privada gracias a los terrenos que generosamente donaban los Diez Amigos. Tanta generosidad y la mala planificación económica llevarían a la debacle a la sociedad en poco tiempo.

El barrio iniciado en 1884 sería cedido a la ciudad en enero de 1896, encargándose el Ayuntamiento desde entonces de su gestión. Recibía así 160 casas de las 200 proyectadas. Todas ellas higiénicas y de aspecto uniforme, levantados en un barrio de clase media sembrado de chalets de la burguesía alicantina. Allí se instalaron Manuel Prytz, Oscar Esplá, Figueras Pacheco o Gabriel Miró entre otros.

Hoy Benalúa está totalmente integrado en la ciudad. Apenas quedan unas pocas casas originarias, todas ellas sin protección alguna. Cayeron el teatro Polo y el Cuartel, se cerró el Asilo, el Reformatorio donde murió Miguel Hernandez se transformó en Juzgados, se derribaron sus chalets y se talaron sus pinos, pero la esencia de un barrio autosuficiente, independiente de la capital, se respira todavía en sus calles... y en su placeta.

ALFREDO CAMPELLO QUEREDA
carrersdalacant.blogspot.com

Fuente: ABC Alicante