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El Obispado apoya que se dé un uso social al inmueble del siglo XIX
Seccion Informacion General - Benalua en la Prensa
La Diócesis admite conversaciones con el Ayuntamiento desde que hace dos años cerró el Asilo y defiende la rehabilitación de las instalaciones.
- 24/08/2012
INFORMACION
La institución tuvo que trasladar a los ancianos a un nuevo edificio por exigencia de los servicios sociales.
J. HERNÁNDEZ
• El Obispado admitió ayer que mantiene conversaciones con el Ayuntamiento de Alicante sobre el Asilo de Benalúa, tendentes a que un día el edificio pueda tener una finalidad social «en beneficio de la ciudadanía», desde que hace aproximadamente dos años cerró el ínmueble, que data del siglo XIX y que está situado frente a los juzgados de Benalúa. La alcaldesa ve con buenos ojos la instalación en este edificio de la Ciudad de la Justicia para lo que realizaría una permuta con la entidad religiosa.
Estas conversaciones, que la Diócesis no precisó en qué grado están en la actualidad, se desarrollan «con buena predisposición prácticamente desde el primer día, desde que los ancianos que todavía estaban allí se desplazaron a la nueva residencia», situada en la calle Isla de Corfú de Alicante, en la zona del nuevo San Blas, traslado que se produjo en octubre de 2010. «En ese momento ya se puso a disposición del Ayuntamiento el inmueble», aseguraron las mismas fuentes.
«Si esos contactos llegan a buen puerto, desde el Obispado no habrá ningún inconveniente para que se le dé un uso al Asilo de Benalúa», un inmueble de alrededor de 6.000 metros cuadrados que, según los informes técnicos que maneja el Ayuntamiento, son suficientes para acoger la Ciudad de la Justicia, ya que serían 1.100 metros cuadrados más que la superficie de la que dispone la Audiencia Provincial. «Estaremos muy satisfechos de que en este edificio se desarrolle algún tipo de labor social que sea útil para los alicantinos, sea la Ciudad de la Justicia o cualquier otra actividad social. Estaríamos encantados de que se pudiera aprovechar el antiguo Asilo para algún bien de este tipo», incidieron desde el Obispado de Orihuela-Alicante.
En este sentido, la institución religiosa se congratula de la rehabilitación que se tendría que hacer en la antigua residencia Virgen del Remedio, como también se denomina, para que pudiera desempeñar una función judicial. «El acuerdo aún está en el aire, pero la predisposición es buena y la línea en la que van encaminadas las conversacíones es para que el edificio se destine a algún tipo de labor socíal, respetándose la construcción y evitando la demolícíón», insistieron. Una vez concluido el diálogo con el Ayuntamiento, siempre según el Obispado, «podrá precisarse la finalidad de dicho solar y edificio, cuya utilidad social será motivo de felicitación para todos».
Aunque la alcaldesa ha recalcado que aún no hay tomada ninguna decisión sobre el destino de la instalación, reconoce que se baraja sobre todo la Ciudad de la Justicia, dado que la amplia capilla con la que cuenta el antiguo Asilo reuniría las condiciones idóneas para ser utilizada como sala pública de audiencias, respetándose su estructura actual.
La autoridad eclesiástica cerró en 2010 las instalaciones del Asilo de Benalúa «por exigencias de adaptación a las normativas de servicios sociales», y trasladó la residencia desde el barrio de Benalúa hasta el PAU 2, a un edificio que consta de planta baja y tres alturas, con una superficie útil de 4.981 metros cuadrados.
Un hogar para los más necesitados.
El Asilo abrió en 1885 en un solar que el marqués de Benalúa donó a las Hermanitas de los Pobres.
Una obra benéfica de más de un siglo. El Asilo de Benalúa, que abrió en el siglo XIX, pasó por las manos de varias congregaciones hasta que en 2010 cerró sus puertas después de varias campañas para salvarlo.
J. HERNÁNDEZ.
• Dar cobijo a transeúntes, ancianos, enfermos y a personas en desamparo. Ésta fue la condición que el marqués de Benalúa, José Carlos Aguilera, impuso cuando donó el solar, muy apetecible en la actualidad por su ubicación, a la congregación francesa de las Hermanitas de los Pobres. La donación estaba sujeta a que la construcción, que finalizó en 1885, se destinara a fines no lucrativos y de interés social para la ciudad de Alicante, ya que, de lo contrario, la totalidad del solar y la edificación del mismo pasarían a los herederos del marqués.
Las Hermanitas de los Pobres estuvieron más de un siglo realizando esta labor social, hasta 1986, año en que abandonarán la institución, llevándose a los ancianos que cuidaban en Benalúa a asilos de su congregación.
Ante esta situación, el Obispado, con el prelado Pablo Barrachina al frente, trabajó con otras de la ciudad para mantener la continuidad del Asilo en Alicante. En 1987, la Diócesis compró los derechos a los descendientes del marqués después de una importante campaña pública y de una cuestación por toda la ciudad, para recaudar los 110 millones de pesetas que costó la operación. Se recibieron generosas donaciones de particulares y de administraciones públicas como el Ayuntamiento y la Diputación.
El sucesor de Barrachina, el obispo Francisco Álvarez, continuó con las gestiones para poner de nuevo en funcionamiento el Asilo y buscó una comunidad religiosa que se hiciera cargo de su dirección. Las Hijas de la Carídad aceptaron la misión, al mismo tiempo que se constituía una fundación benéfica para velar por el funcionamiento de la residencia, presidida por el obispo, y de la que formaban parte el Ayuntamiento, la Diputación, las religiosas y Cáritas Diocesana.
En 1990 la dotación abrió de nuevo sus puertas, primero como centro de día, y se realizaron obras de remodelación y equipamíento que permitieron reinaugurar la residencia Virgen del Remedio en 1991. Así estuvo funcionando, en su ubicación de siempre, en la calle Santa María Mazzarello, hasta que el 15 de octubre de 2010 se tuvo que cerrar por la ímposíbilídad de adaptar el antiguo edificio a las estrictas exigencias de las normativas de servicios sociales. Desde entonces está clausurada.
FECHAS CON HISTORIA
1885
José Carlos Aguilera y Aguilera, marqués de Benalúa, dona a la congregación francesa de las Hermanitas de los Pobres un terreno en donde se procede a la construcción de la residencia Virgen del Remedio.
1986
Las Hermanitas de los Pobres abandonan la institución cien años después de su inauguración, llevándose con ellas a las personas que entonces atendían a otros asilos propios de la Congregación.
1987
El Obispado adquiere a los herederos del marqués de Benalúa el derecho de reversión sobre el inmueble por Un precio de 110 millones de pesetas. Regía por entonces la Diócesis el prelado Pablo Barrachina.
1990
Nace la fundación «Obra asistencial Virgen del Remedio» con fecha 7 de febrero. Se trataba de una fundación benéfico-caritativa, que se estableció para velar por el funcionamiento del asilo alicantino.
1991
El 12 de junio se reinaugura la residencía Virgen del Remedio tras las importantes obras de remodelación que se realizaron en el inmueble para dotarlo de las infraestructuras y el equipamiento adecuado.
2010
Pese a la reforma de 1991, el inmueble ya no cumple las más modernas normas de servicios sociales y la imposibilidad de asumir las exigencias de adaptación lleva al Obispado a cerrarlo y abrir uno nuevo en San Blas.
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