El esqueleto da consistencia, articula y cohesiona los miembros de los organismos.

Esa debe ser la función primordial de un centro social comunitario en un barrio: proporcionar un lugar de encuentro al que las personas (niños, jóvenes y mayores) puedan acudir para conocerse y establecer y estrechar relaciones. Un lugar, con un amplio horario, para proyectar y realizar actividades de todo tipo: culturales, lúdicas, artísticas, charlas, tertulias, ejercicios de mantenimiento.

El estilo de vida en el que estamos inmersos nos ha conducido a comportamientos individualistas que nos dejan a la intemperie ante problemas como la soledad, el debilitamiento de los lazos familiares (los hijos están lejos), los suicidios (10 diarios en nuestro país) y la falta de apoyos ante situaciones difíciles. Un centro social comunitario facilita el acompañamiento y posibilita la ayuda mutua frente a las turbulencias de la vida.

Nadie puede ignorar que mejorar las condiciones de vida de las personas pasa por ofrecer servicios y recursos, aulas, espacios, salas. Un buen número de vecinos de Benalúa y El Templete estamos en marcha para hacer que el Ayuntamiento de Alicante tenga presente que ésta debe ser una de sus prioridades (concentraciones jueves y sábados a las 12:oo en la Placeta).

Ocupando una pequeña parte del solar del antiguo Grupo Escolar se podría levantar un edificio que integrara el centro social, un centro de día (urgente) y la biblioteca (estamos pagando un alquiler mensual de unos 1.500 euros ). Es el esqueleto, el núcleo dinamizador de la vida social del barrio que Benalúa lleva esperando 20 años.

Fuente: Periodico Informacion