La polémica desatada por el ficus centenario de Benalúa está empezando a pasar de ser una cuestión medioambiental para convertirse en un problema social que enfrenta a los vecinos del barrio. De manera unánime, los habitantes de la zona expresan su deseo de que el árbol permanezca en el lugar donde se encuentra, pero la ruptura aparece cuando se trata de decidir entre el ficus y el proyecto del Ayuntamiento, el cual incluye la creación de una Centro de Salud y Social para la tercera edad, además de 45 apartamentos intergeneracionales.

Clara es una de las vecinas que ha colgado en su balcón una pancarta para exigir la permanencia del árbol. Según ella, «el ficus se encuentra en un lateral del solar, así que puede convivir perfectamente con ambos centros. La idea de trasladarlo es una locura porque tiene cerca de 200 años y no lo resistiría».

«El sábado pasado hubo una concentración a favor de él y la mayoría del barrio lo apoya», concluye.

Sin embargo, hay otros vecinos que prefieren que el árbol cambie de emplazamiento en pos del Centro de Salud y de la tercera edad. David Pastor es el propietario de un bar situado enfrente del ficus y, en su opinión, «es una pena que haya que elegir entre el árbol y las infraestructuras del proyecto, pero si el árbol se queda donde está, nunca se dotará esta zona de nuevos servicios que harían mucho bien al barrio».

«Además, siempre ha estado medio abandonado y solo entre las cuatro paredes que rodean el solar en el que se encuentra. Pasa muchas temporadas sin ser podado y, más de una vez, las ramas se han roto por el peso y han caído sobre los coches o la acera. Antes de que se creara la cancha de baloncesto en el interior de la zona acotada, la gente vertía escombros dentro y, entonces, nadie se preocupaba por el ficus», añade.

Pastor defiende, sobre todo, que se le dé uso al terreno. «Si se hiciera una plaza o un jardín también sería estupendo, pero que eliminen los muros que rodean la parcela porque, hasta ahora, sólo los que poseen la llave -el personal de la Asociación de vecinos de Benalúa- pueden acceder al interior. No hay ni siquiera un horario de apertura, ni un portero para que el resto de habitantes de la zona pueda pasar y disfrutar de las instalaciones. De todos lo que defienden el ficus, sólo unos pocos lo hacen de verdad, por auténtica preservación de la naturaleza; el resto, sólo quiere conservar su jardín privado».

Otro de los aspectos que preocupa bastante a Pastor es que el barrio de Benalúa «se está quedando vacío» porque el pequeño comercio se ve obligado a cerrar por la falta de movimiento, por ello considera que «desperdiciar ese solar y no construir nada en él sería una pena».

Baluarte único

La crispación general no cesa y toda la gente del barrio tiene algo que decir del ficus. Por ello, los vecinos se acercan a los redactores de La Verdad para expresar su opinión, como es el caso de Ana María Baeza, una vecina de Benalúa que defiende a capa y espada a la planta centenaria. «Se debe quedar porque es un árbol monumental protegido. Es, además, el único baluarte que queda de la época de la creación del barrio y una las pocas zonas verdes de esta zona, junto con la plaza Navarro Rodrigo, que se encuentra bastante congestionada», asegura Baeza.

Por su parte, Eva Alcaraz afirma: «Es una pena, pero prefiero el Centro de Salud antes que el árbol. Me gustaría mucho que se mantuvieran las dos cosas, pero si me dan a elegir, me quedo con la instalación sanitaria. Sea cual sea el proyecto que ofrezca el Ayuntamiento de Alicante en relación al solar, cualquier dotación será más beneficiosa que el árbol».

Debate vecinal

Uno de los asuntos que más inquieta a la gente del barrio es que este debate enfrente a los vecinos. Según un portavoz de la Asociación de Comerciantes de Benalúa, «nadie, absolutamente nadie quiere que se quite el ficus. En eso estamos todos de acuerdo. Sin embargo, si hay que elegir, prefiero el Centro de Salud y el de la tercera edad antes que la planta centenaria».

Por otro lado, este portavoz asegura que no entiende «por qué se ha creado tanta polémica con el árbol cuando hay otros problemas más acuciantes en el barrio de Benalúa, como son el colegio de los barracones y la prostitución que hay en la calle».

Asimismo, esta fuente no comparte la idea de los protestantes de «acudir, en primer lugar, a dialogar con la oposición política y no con el mismo Ayuntamiento, que es quien puede ofrecer otras alternativas posibles a la eliminación o traslado del árbol» y añade, «lo único que se consigue con ello es fomentar tensión entre los políticos, a los cuales sólo les interesa hacer campaña por la proximidad de las elecciones municipales».

En estos menesteres se encuentra sumergido el barrio de Benalúa, entre los vecinos que abogan por la permanencia del ficus al precio que sea y aquellos que, en caso de tener que escoger entre éste y unas nuevas dotaciones, optan por las últimas.

No obstante, uno de los puntos que más conflicto crea es el asunto del aparcamiento subterráneo que, según el nuevo proyecto del Ayuntamiento, se quiere incluir en este terreno. Tal y como afirman los defensores del ficus, como Clara, «no estamos dispuestos a que prime el interés privado, el de la construcción del aparcamiento, por encima del interés general del barrio, que viene a ser el ficus».

De igual modo opina Ana María, para quien «no está bien que se use la excusa de que hay pocas plazas de estacionamiento en el barrio para eliminar el árbol. Además, con el nuevo aparcamiento de la calle Catedrático Soler hay más que suficiente».

Mientras, el rumor se lo pasa en grande jugando a despistar a los habitantes de la zona, pues muchos de los vecinos no están muy seguros de lo que se quiere construir en el interior del solar. Unos afirman que se va a edificar viviendas de protección oficial y otros, simplemente, desconocen qué se pretende hacer con el terreno en cuestión y, por supuesto, con el ya tristemente afamado ficus.

Fuente: La Verdad