El señor Ernest Gil se pregunta en INFORMACIÓN ¿De quién es el asilo?, planteándose si un título de propiedad legitima para venderlo. La verdad es que me parece una pregunta con poco sentido. Evidentemente, un título de propiedad legitima para vender lo que es de uno. Si no, ¿qué sentido tiene la propiedad? Tal vez, el señor Gil esté en contra de la propiedad privada, pero ese no es nuestro régimen, afortunadamente ni en España ni en Europa. La propiedad privada es un derecho y su consecuencia es poder vender lo que uno tiene, con o sin afecto, por capricho o por necesidad: eso lo decide el propietario.

Si el edificio tiene méritos arquitectónicos (no lo sé, nunca he entrado), las autoridades deben controlar que con la reforma se respeten dichos elementos. Son muchos los edificios con valores históricos que se adaptan a nuevos usos y así pasan a estar cuidados. Desde el San Marcos de León (un hotel) antiguo hospital, a fincas de la huerta alicantina dedicadas a celebrar eventos y no a la agricultura. Respetar lo que tenga de valioso (si es que lo hay) no es incompatible con venderlo.

Además, el hospital privado supondrá un cambio en el barrio, atrayendo visitas y con ellas servicios de hostelería, tiendas... El Ayuntamiento, igual que debe proteger los valores culturales-arquitectónicos que pudiera haber, debe generar las plazas de aparcamiento que se necesiten, adaptar el tráfico de las calles, etcétera, pero nada más. No es misión del Ayuntamiento abolir la propiedad privada.

Si el señor Gil, o su asociación, prefiere comprarlo él para su uso y disfrute, sólo tiene que poner en la mesa el dinero necesario y hacer una oferta al «titular de derecho de propiedad». Tan sencillo como eso. Sorprende a estas alturas que haya gente que dude del derecho a vender lo que es de uno.

Fuente: Periodico Informacion